jueves, 8 de julio de 2021

La innovación es un estado de ánimo

 

Probablemente conozca el mito de la innovación como un repentino destello de conocimiento que surge de la nada. Leemos sobre ese momento “ajá”, o esa bombilla que se enciende en la mente de algún inventor o innovador, y esto es cierto hasta cierto punto. Einstein realmente tuvo destellos de perspicacia mientras se afeitaba por la mañana. Sin embargo, por supuesto, estaba trabajando en los problemas particulares de los que tenía conocimiento, y de repente no tuvo ideas para nuevos utensilios de cocina o tramas de películas.


Las innovaciones de Einstein, en otras palabras, no importa cuán “repentinas” fueran las ideas originales, provienen del trabajo mental pasado y presente. Es como un cantante que trabaja en su oficio durante diez años y luego se convierte en un "éxito de la noche a la mañana". Las personas innovadoras solo tienen nuevas ideas "repentinas" porque habitualmente han trabajado y pensado de cierta manera durante algún tiempo. Si quieres convertirte en un pensador innovador, ¿por qué no empezar a cultivar esos hábitos mentales?


Los hábitos mentales conducen a la innovación


Los problemas pueden ser oportunidades. “Problema” puede tener connotaciones negativas, como ser una molestia o estresante, pero cualquier problema puede conducir a una innovación que mejore nuestras vidas. No saber la hora conduce a relojes lo suficientemente pequeños como para ponerlos en nuestras muñecas. Las enfermedades desagradables conducen a sistemas de alcantarillado sanitario. Empiece a buscar oportunidades en cada problema. Incluso un problema mundano como no tener suficiente espacio de almacenamiento podría conducir a una nueva innovación. Puede simplemente construir un piso de madera contrachapada en el ático, pero podría inventar un nuevo tipo de unidad de almacenamiento al aire libre.


La innovación comienza con la comprensión de los elementos clave. El metal, la madera o el vidrio no son elementos clave de una puerta para un innovador. Una forma de entrar, una forma de mantener fuera a los demás: estos son elementos clave. Comience con estos y pronto estará imaginando nuevas formas de hacer una puerta. Puede diseñar una puerta que se abra con su voz (agradable cuando sus manos están ocupadas), o una que se cierre y se bloquee sola cuando alguien más se acerque. Piense en los elementos clave de las cosas.


La actitud ayuda a la innovación. La técnica creativa de resolución de problemas de combinación de conceptos implica combinar dos ideas para ver qué nueva idea o producto resulta. El punto crucial es que asume que habrá una nueva idea útil. Comenzando con esa suposición, su mente trabajará horas extras para producir algo. Un zapato y un CD no tienen nada que ver entre sí, pero solo tomó un minuto imaginar un reproductor de CD con auriculares que solo reproduce la música correctamente si un corredor mantiene su ritmo ideal. Cuando asume que hay algo allí, a menudo encontrará algo.


La alegría ayuda a la innovación. Una mente juguetona es una mente creativa, y aunque un coeficiente intelectual alto no se correlaciona con la creatividad, si se combina con alegría, se obtiene un Einstein. Recuerde, se imaginó a sí mismo montado en un rayo de luz para llegar a su teoría de la relatividad. ¿Por qué no empezar a jugar con ideas y cosas, en su mente y en su entorno? La innovación debe ser divertida.

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